Quest No. 00103 de Gray

Vengo de:

Me encontraba caminando por una especie de lago aun con el estúpido bicho blanco con pelo anaranjado cerca mio. Decía que era una especie de lago pues veía que algunos cables demasiado grandes salían de la tierra y entraban en el agua, pero no debía de haber corriente, pues se notaba a simple vista que el lago estaba lleno de vida. Se veían varios peces de distintos colores, bastante redondos para ser normales. Había un par de criaturas blancas y azules con patas de rana y lo que parecía ser un tubo de oxigeno en sus espaldas. Para cruzar el lago había un puente hecho de madera, un tanto colorada así que debía ser roble, que unía ambos extremos del lago. Por mas que se suponía que era un lago pequeño, se notaba a simple vista que en este mundo las dimensiones debían de variar muchos, pues si algo no era ese lago, ademas de normal, era pequeño. A unos metros lago adentro, se podía ver una plataforma a la cual se podía acceder desde el lago por una escalera. Las plataformas eran lo suficientemente grandes como para que en ella cupiese tres tanques de agua, de aproximadamente 600 litros cada uno. cada tanque a su vez, tenía una manguera en la cual terminaba en el lago.

De repente el monstruo llamado Gomamon, según me había dicho, habló.

- Bueno, este es el Divermon´s Lake, hogar de los Divermon´s. Unos digimons de nivel ultimate -.dijo muy orgulloso de si y dándome detalles que no me importaban en lo más mínimo.

Señale un cartel de madera a mi derecha, en el cual se leía la leyenda: "Divermon´s Lake".

-Creo que lo que me dices es muy obvio,¿no lo crees así genio?-.

Las palabras las dije en el tono más ácido y sarcástico que logre. Lo que quería es que esa bestia cuadrúpeda me dejara de una vez por todas en paz. Parecía un castigo divino tener semejante cosa atrás mio. Mi comentario y mi forma de ser parecía que por fin surtían efecto en él o ella, pues había abierto la boca para decirme algo con cara de enojado, pero antes de que pudiese decir algo, escuchamos un ruido mas adelante. Rápidamente, Gomamon salió corriendo del lugar de donde había salido el ruido extraño y desconocido.

Yo me quede parado donde estaba, no me interesaba en lo más mínimo la procedencia de ese ruido ni el porque había un ruido así en este mundo. Gomamon en cambio salio corriendo y llegó hasta unos arbustos y de inmediato empezó a hablar con algo o alguien. Luego de unos segundos, descubrí que uno de esos bichos azules y blancos, los cuales Gomamon me dijo que se llamaban Divermon, era el que había hecho el ruido. Estaba tirado y parecía bastante herido, quizás por alguna pelea que hubiese tenido contra alguien de su misma especia por territorio, comida o pareja.
En fin, a mi eso no me importaba, así que di media vuelta y me empece a alejar de ese lago. Los asuntos de esos Divermons no me correspondían, sin contar que era la oportunidad perfecta para dejar atrás a Gomamon.

-¿Dónde te crees que vas?-. dijo una voz a mis espaldas.

Por un momento pensé que era uno de los Divermons, pues no era la voz de Gomamon. Pero me encontré con otro bicho. Uno verde con una cresta naranja.

-Muy bien humano, escúchame con mucha atenc...-.

Jamás termino de hablar pues le pegué una patada en la cara, apartándolo de mi camino. Lo que hizo que empezara a gruñir. Me di vuelta simplemente por acto reflejo.
Sorprendido pude ver como de su cresta se formaba una especie de bola eléctrica que lanzó hacia mi.

Me quede clavado en el suelo. ¿cómo podría moverme? jamás había visto que una bola de electricidad saliese del cuerpo de una especie de renacuajo mutante y me lo disparara. Estaba a punto de ser golpeado por el ataque del digimon, cuando Gomamon de un salto y dándome un cabezazo me apartó del lugar. Unos segundos después, la bola eléctrica se estrellaba contra un árbol, dejando un pequeño hueco.

-Déjame pelear contra el...sabes, aun no se tu nombre...-.

Todo esta charla sucedía con el Gomamon arriba mio. Me había salvado la vida, o al menos el ser lastimado muy gravemente. Yo había recibido ayuda de un ser que encima parecía inferior en intelecto que yo. En parte me sentía realmente molesto y enojado, pero por otro lado, en lo más recóndito de mi corazón, me sentía aliviado y hasta agradecido por haber sido ayudado cuando más lo necesitaba.

-Gray, Gray Fullbuster...ese es mi nombre-. le conteste a modo de respuesta.

-Muy bien Gray Fullbuster, déjame pelear a mi contra este Betamon... mientras quiero que tu cierres la llave de agua que hay en esos tanques. Por culpa de eso, los Divermons se están enfermando sin poder pelear-. me contestó.

Me levante al tiempo que Gomamon se dirigía con paso seguro hacia su enemigo, el cual estaba preparando otra bola de electricidad. Me quede un rato observando la pelea y unos segundos después, recordé lo que me había pedido Gomamon.
Decidí que la mejor manera y la más rápida de llegar hasta los tanques era saltando desde el puente, así que me dirigí hacia el puente hecho de roble. Mientras corría en esa dirección, una duda me asaltaba¿por qué razón yo estaba aceptando ordenes de otro ser vivo? Pensaba que era la mejor forma de pagar mi deuda, al fin de cuentas, él me había salvado la vida y yo debía de devolverle el favor lo antes posible. Ya con paso más decidido llegue hasta el puente y comencé a cruzarlo. Al llegar al punto en el cual debía de saltar escuche un grito de dolor. Giré la cabeza hacía el lugar y vi a Gomamon siendo atacado por tres mas de estos monstruos verdes. los tres peleaban contra él solo, y Gomamon ya no tenia la menor oportunidad de ganar, pero de todos modos se seguía levantando, dispuesto a darme el tiempo suficiente para cerrar las canillas.

Salté con todas mis fuerzas, esperando llegar hasta la plataforma. Pero había calculado mal la distancia. La plataforma se encontraba mucho más lejos de lo que creía y caí en el lago. El agua estaba helada, pero nada más. Me quede con la cabeza flotando afuera unos segundos y de inmediato empecé a nadar hacia mi objetivo. Nadaba lo más rápido posible en línea recta hacía las plataformas. Era una suerte que de chico me hubiesen anotado en clases de natación, eso me daba ahora la fuerza y la habilidad necesaria para nadar bastante rápido en muy poco tiempo.
Pasados dos minutos, llegue a la plataforma y comencé a subir las escaleras. No eran muy grandes, pero no importaba en unos segundos todo acabaría.
Las cosas debían de cambiar en el digimundo, pues las plataformas parecían mas elevadas que antes, pero no permití que eso interfiera. Rápidamente me dirigí a las tres canillas y una por una comencé a cerrarlas. cinco minutos mas tarde soltaba la ultima llave y escuchaba como lo que había en los tanques dejaba de salir hacia el lago contaminándolo.

Fui corriendo hacia el borde de la ultima plataforma y me tiré de cabeza al lago.Entré perfectamente y no había nada en el fondo marino que me lastimase la cabeza. Había logrado mi objetivo, pero no iba a permitir que siguiesen lastimando a Gomamon. No sabía a que se debía mi cambio tan repentino de sentimientos, suponía que simplemente a devolver el favor, ese favor lo odiaría por el resto de mi vida.
Salí a la superficie, respire hondo y trepándome por un lado, salí del lago. Mis ropas estaban todas mojadas y chorreaban agua por doquier y con el viento que hacía en este lugar, lo más seguro era que en unas horas tuviese un resfriado. Pero nada de eso importaba, estaba furioso y esas criaturas sabrían con quien se habían metido. No tendría piedad con ninguna de ellas.

-Vengan por mi feos bichos, les voy a patear el trasero-.dije con todo el odio posible hacia esas criaturas.

-¿Lo han escuchado a este humano?-.dijo uno de los Betamons, el que estaba más lejos de mi persona.

-No te rías tanto hermano, puede parecer débil, pero si que da patadas bien fuertes-.dijo el Betamon que había recibido un fuerte golpe con mi pie.

-Tu dices eso de todo, solo porque eres un cobarde y débil gallina...me da asco que seas mi hermano-.dijo el que estaba a mi derecha.

No parecían llevarse muy bien entre ellos, pero parecía que por alguna razón, se tenían que llevar bien si o si, como si alguien se los impusiese.

-Sal de acá... Gray, yo pue...puedo con ellos...-. dijo Gomamon jadeando entre cada palabra.

-No, no puedes y lo sabes. Ademas yo no recibo ordenes de nadie-. Volvía a contestar friamente una vez mas. El viejo Gray habia vuelto.

Los Betamons se miraron entre si y luego a mi. Parecía que habían resuelto matarme a mi primero y luego a Gomamon, pero cinco Divermons, pasaron al lado mio y se pusieron a luchar contra los Betamons mientras que otros dos nos agarraban a mi y a Gomamon y nos sacaban del lugar.

-Muchas gracias humano-.me dijo el Divermon que me sostenía.

No quise contestarle, ni siquiera sabía que contestarle, pero parecía ser que habíamos logrado salvarlos, aunque ellos después nos terminaron salvando.

Voy a: