Quest nº 87156 - Solitario -

Fijándonos a todos lados no lográbamos distinguir de donde venía esa pequeña y sonora risa que lejos de ser demoniaca o agresiva era simplemente traviesa como la de un niño pequeño que acababa de realizar una travesura menos – Sal de donde estés salamon – ordeno veemon con una potente voz que lejos de amedrentar al otro digimon simplemente se llevó un par de risas más antes de que un pedazo de caca saliera volando y aterrizara en la cabeza de mi compañero.

Sin poder evitarlo empecé a reír hasta que un poco de esto mismo llego hacia mí, por suerte logre dar un pequeño salto hacia atrás viendo como caía a mis pies – Fiuu por poco – suspire aliviado mientras le buscábamos de nueva cuenta.

Comenzando a perseguirle, veemon se interno en uno de los arboles buscándole con su olfato siendo víctima de varias bromas mas entre ellas el tropezar repetidas veces tanto en los arboles como en tierra firma acabando algo dañado pues iba cada vez mas fuerte tratando de evitar las trampas que sus caídas eran mas duras.

De pronto se me ocurrió algo, parándome un momento busque en la mochila que llevaba a cuestas un pequeño empaque del que saque cuatro galletas, dos de chocolate y dos de vainilla las cuales coloque en mi mano derecha mientras me acuclillaba esperando a que salamon apareciera atraído por el dulce aroma que estas emanaban – acércate, te tengo un regalo – susurre al verle aparecer entre los arbustos.

Veemon se acerca limpiándose unas cuantas hojas secas y polvo de su cuerpo mientras salamon a un lado mío come una de las galletas sujetándola con sus patas delanteras permaneciendo sentado en el suelo observándonos a los dos. Veemon se veía algo molesto mas yo le calme con un movimiento de la mano, no quería asustar al digimon cuando al fin había decidido parar por un rato y estar tranquilo con nosotros.

Salamon… ¿Por qué te gusta hacer bromas? – Pregunte mientras veemon se sentaba a un lado mío y miraba a otro lado para evitar ver mal al pequeño quien termino una de las galletas de vainilla y volvió su mirada hacia mi – porque son divertidas – susurro y sin mas tomo una de chocolate.

Yo no le veo lo divertido – murmuro entre dientes veemon cruzándose de brazos – Tal vez si lo son … pero a algunos no siempre les gusta, nos llegaron mensajes de queja de que últimamente haces mas bromas de las normales salamon – acaricie un poco su cabeza mientras el seguía comiendo.

¿Prometes que te moderaras un poco? – pregunte al pequeño digimon mientras veemon y yo nos poníamos de pie, habíamos estado hablando durante un rato y parecía que hacia eso porque le gustaba llamar la atención de los demás digimon pues se sentía un poco solo estando allí sin muchos amigos de su edad.

Mira, cada semana te enviare estas galletas si prometes ser bueno y que dejen de enviar tantos reclamos sobe ti ¿vale? – un pequeño premio era perfecto para estas circunstancias, y viendo como se le habían iluminado los ojos mientras asentía algo me dijo que esto había sido solucionado de la mejor forma posible – Bien aquí te dejo unas, mientras veemon y yo nos vamos – ambos nos despedimos de salamon después que le entregara la bolsa en la que había dejado varias galletas para el pequeño.